CAPÍTULO 9
VERDADERA REALIDAD
No
dije nada más. Bajé la mirada, miré mi brazo derecho, subí la manga y observé
detenidamente la marca que tenía; en la habitación hubo silencio, no sabía que
pensar de todo esto.
__
¿Qué pasó antes de que despertara en el sofá?, sólo recuerdo que él se acercó a
mí.
Señalé
con la mirada al chico al que me refería.
__
No hizo nada que no fuera necesario.
__
¿Y qué si lo era?
__
Utilizó una escasa porción de poder sobre ti para confirmar lo que decías _
miró a los chicos y conforme hablaba se iba refiriendo a cada uno de ellos,
comenzó por el chico al que me refería _. Su nombre es Nicholas, representa a
Oceanía, es la deidad de la inteligencia, puede controlar la mente de cualquier
ser con vida en la tierra; el que está a su lado es Alem deidad del tiempo,
representa al continente de África; el
que le sigue es Subaru, Asía, deidad de la maldad _ era el tipo sarcástico,
ahora lo comprendía_; el ultimo es Gianmarco, Europa, deidad de las emociones y sentimientos; yo
soy Eizan, Antártida, controlo los cuatro elementos: aire, tierra, fuego y
agua; y tú sin duda alguna representas América.
__
¿Y eres?
El
tipo sarcástico, el cual ahora sabía respondía al nombre de Subaru habló.
__
Carolayn, me llamo Carolayn.
En
un principio todos me habían parecido diferentes, ahora comprendía porque.
Mirando a cada uno detenidamente podía identificar rasgos muy notorios de
acuerdo a su procedencia; Gianmarco tenía el pelo rubio, tez clara y ojos azul
oscuro, eran realmente hermosos, era la primera vez que veía ese color;
Nicholas tenía el pelo castaño claro,
ojos grises y tez clara; Subaru tenía ojos negros y rasgados, tez clara
y pelo rojizo; Alem tenía tez bronceada,
grandes ojos verdes y pelo color caoba; Eizan tenía pelo negro, ojos
color miel y tez clara; en pocas palabras, todos eran bien parecidos y de
facciones bien definidas, eran los tipos de chicos que no se veías pasar por
las calles ni en ningún otro lugar.
__
¿Qué clase de poder usaste en mí?
Me
dirigí a Nicholas exigiendo una respuesta.
__
Entré en tu mente y leí tu presente, dado que no había nada ahí que pudiera
asegurarnos lo que negabas tuve que adentrarme en tu pasado, prácticamente vi
toda tu vida para poder comprobarlo. Realmente fue un breve lapso de tiempo
pero fue demasiado para tus defensas, a eso se debió tu inconciencia.
__
¿Toda mi vida?
__
Fue necesario.
__
¡Por qué!, ¿Con qué derecho? Es que no había alguna otra forma.
__No
es para tanto, tampoco es como que tuviéramos mucho que ver, no es que tengas
una vida muy interesante que digamos.
Maldad,
eso es lo que era, Subaru era sin duda la persona a la que más odiaba y la
primera a la que había llegado a odiar en tan poco tiempo.
__
¿Todos?, creí que sólo lo habías hecho tú.
__
Y así fue. Gianmarco se encargó de que todos lo percibieran.
Mi
furia salió como un torbellino, ni yo misma me reconocía.
__
¿Qué tanto es todo?
__
Desde que comenzaste a ser consiente de ti misma.
Miré
a todos en la habitación, a nadie parecía parecerle incorrecto tal acto, mi
cólera se hizo más grande.
__
No lo haré, así que déjenme en paz.
Fui
hacia la puerta, utilicé toda mi fuerza e hice a un lado a Alem, que era quien
bloqueaba la salida, abrí la puerta y salí a toda prisa, crucé la sala, me
dirigí hacia la puerta principal y salí; una vez fuera de la casa me apresuré a
salir de aquel lugar, tanto era mi deseo de alejarme que no eran pasos lo que
daba, sino una carrera apresurada. Llegué a casa sobresaltaba, el corazón me
latía rápidamente, miré el reloj de la cocina, eran casi las 3:00, mi mamá
pronto llegaría y aun no tenía nada preparado para le comida, me senté en el
sofá y traté de tranquilizarme, luego de unos instantes me levanté y fui hacia
la cocina, mientras preparaba la comida hacia todo lo que podía para
concentrarme en lo que hacía y que mi mente no vagara. No pasó mucho tiempo
para que mi mamá llegará, la comida aún no estaba lista, mientras esperamos
ambas nos sentamos en la sala y miramos televisión, sabía que si no ponía a mi
mente a pensar en otra cosa que no fuera lo sucedido no lograría estar
tranquila, así que le pregunté a mi mamá por su día en el trabajo.
__
¿Qué tal te fue hoy?, ¿Hubo mucho trabajo?
__
No, a pesar de que es fin de semana la oficina estuvo tranquila.
Mi
mamá trabajaba en una agencia de viajes, normalmente siempre está muy ocupada y
tiene mucho trabajo y los fines de semana no son nada tranquilos, al parecer la
gente está comenzando hacer conciencia sobre la idea viajar con este clima.
__
Eso es bueno, así descansas un poco de todo ese estrés.
__
Mañana tendremos reunión mensual, espero y no duré tanto.
__
Creí que mañana iríamos a casa del
abuelo.
__
Iremos, la reunión es por la tarde así que podremos ir por la mañana.
La
comida estuvo lista y pasamos al comedor, durante la comida decidimos ver una
película para pasar la tarde juntas, una vez terminamos mi mamá se adelantó a
su habitación a escoger un película, me ofrecí a lavar los platos y a hacer las
palomitas; subí a la habitación y mi mamá ya tenía su elección: Año bisiesto.
Durante la película mi mamá se quedó dormida, por lo que tuve que terminarla
sola, la historia nunca me cansaba, había sido una gran elección ya que era una
de mis favoritas; cuando terminó quité la película y fui a mi habitación,
comenzó a llover, me acerqué a la ventana para cerrarla, la lluvia hacia que el
paisaje fuera hermoso, me quedé mirando
por unos minutos y la inspiración surgió espontáneamente, cerré la ventana y
fui hacia mi escritorio, saqué mi material de dibujo y comencé a dibujar, tenía
algún tiempo que ya no lo hacía y volver a lo que te gusta es realmente
confortable, esa tarde no pensé en otra cosa que no fuera terminar mi obra de
arte.
Me
levanté temprano, la idea de visitar al abuelo me entusiasmaba mucho, bajé a la
cocina a preparar lo que llevaríamos, mi mamá ya estaba abajo.
__
Buenos días.
__
Buenos días.
__
¿Terminaste de ver la película ayer?
__
Sí, estuvo increíble, fue una buena elección.
__
Ni siquiera me di cuenta cuando me quedé dormida.
__
Creo que fue en la parte en la que ambos están en el castillo bajo la lluvia.
__
Menos mal que tú si la terminaste.
__
¿Ya está todo listo?
__
Sí, creo sí.
__
Bien, iré por mi abrigo para irnos.
Llegamos a la casa del abuelo, él ya nos
esperaba; me encantaba visitarlo, su casa era un lugar lleno de recuerdos.
Habíamos llevado un poco de pan, fruta y yogurt para el desayuno, pero desde
luego el abuelo ya tenía todo listo, aun así, en el desayuno comimos de todo.
__
Y ¿qué tal la universidad Carolayn?
__
Muy bien.
__
Me alegro. Tengo algo que darte, más tarde vamos a la biblioteca.
Terminamos
el desayuno y levantamos los platos, mi mamá se quedó en la sala viendo
televisión, mientras que el abuelo y yo nos sentamos en el patio trasero a
conversar.
__
Me gustaría venir más seguido a visitarte pero las tareas de la escuela ahora
me dejan poco tiempo.
__
Descuida, con que vengas cada vez que puedas es más que suficiente para mí.
__
Trataré de venir más seguido, lo prometo.
A
veces llegaba a creer que el abuelo se llegaba a sentir solo aunque él dijera
lo contrario y eso hacía que de alguna manera me hiciera sentir mal, después de
la muerte de la abuela se distanció más de sus amistades y se refugió en los
libros, él dice que todo tiene una etapa y que tarde o temprano acaba, que la
soledad es parte de su vida ahora y su compañera de alguna manera, aunque no lo
diga abiertamente sé que lo que más lo alegra es que vengamos a visitarlo y si
eso es su felicidad no me cuesta nada hacerlo feliz.
__
Sabes que está es tu casa y puedes venir cuando quieras, siempre estaré feliz
de recibirte.
__
Lo sé.
__
Acompáñame a la biblioteca, tengo algo para ti.
Entramos
a la casa y nos dirigimos a la biblioteca, una vez dentro el abuelo saco un
regalo de su escritorio, me lo entregó.
__
En cuanto lo vi pensé en ti, espero que te guste, Carolayn.
__
No debiste molestarte abuelo.
__
Quería que lo tuvieras.
__
Muchas gracias.
Aunque
estaba envuelto, por la forma podía asegurar que se trataba de un libro,
salimos de la habitación y fuimos a la sala; la mañana se pasó rápidamente.
__
Debemos irnos ya Carolayn, despídete del abuelo.
Me
despedí del abuelo y le volví a dar las gracias por el regalo.
__
Nos vemos pronto abuelo.
__
Cuídate.
De
camino mi mamá se desvió hacia su trabajo y yo fui directo a casa. Dejé los
recipientes de comida vacía que habíamos llevado a la casa del abuelo en la
cocina, subí a mi habitación y me recosté sobre la cama, el día era sumamente
frío, más que otros días, por fortuna no llovía; mi celular sonó, era Liza,
tenía desde el viernes que fuimos al centro comercial que no hablaba con ella.
__
Liza, hola.
__
Hola. ¿Cuándo pensabas llamarme?, me quedé muy preocupada después de que te
fuiste del centro comercial sola, ¿qué fue lo que pasó?
__
Si, lo siento, iba a llamarte ayer pero tuve cosas que hacer y lo olvidé. Mi
mamá me llamó, necesitaba que le diera unos documentos que me había pedido que
guardara en su habitación ya que ella no
los encontraba y los necesitaba con urgencia y como tú ni tu mamá aparecían
decidí adelantarme.
__
¿En serio?
__
Sí, claro. ¿Por qué?
__
No por nada, creí que había otra razón. ¿Estás en casa?
Si
ya había mentido debía mantener la mentira ahora, no tenía caso tratar de
explicarle algo que ni yo misma entendía, además, dudaba que pudiera creer algo
semejante.
__Sí.
__
Mauricio me llamó y me pregunto si nos gustaría ir a ver una película con él y
Omar, le dije que primero te preguntaría, ¿qué dices?, ¿quieres ir?
__
¿Quieres ir tú?
__Sólo
si tú vas.
__
Entonces vamos.
__
Bien, ¿quieres que vaya a tu casa para irnos juntas?
__
Yo paso por ti. ¿A qué función iremos?
__
A la de las cinco.
__
Bien.
__
Nos vemos más tarde.
__
Adiós.
Miré
la hora, aún era temprano, últimamente me quedaba despierta hasta tarde y
dormía poco, así que decidí dormir por un rato. El frío hizo que despertara,
miré la hora, eras las 4:30, ¿cómo pude dormir por tanto tiempo?, me incorporé
de la cama, bajé a la cocina por algo de comer y volví a mi habitación para
arreglarme, ya era tarde, salí a toda prisa. Llegué a casa de Liza justo a las
cinco.
__
Lo siento, se me hizo tarde.
__
Descuida, eso es común en ti.
Ambas
reímos ante lo cierto de sus palabras. Habían quedado de verse en el cine,
cuando llegamos los chicos ya habían comprado nuestros boletos, pasamos directo
a la sala; después del cine fuimos a una cafetería y comenzamos hablar sobre
los resultados del examen, al parecer a todos na había ido bien para ser
nuestro primer año de universidad, era agradable pasar tiempo con ellos, todos
nos la pasamos bien y reímos toda la tarde. Liza y yo regresamos a casa juntas
como de costumbre, ya era un poco tarde, si el frio era insoportable por la
mañana por la noche no había quien lo aguantara; dejé a Liza en casa y luego
fui a la mía.
__
Nos vemos mañana.
Entrar
en casa fue un alivio ya que era más cálida que el exterior, mi mamá aun no
llegaba pero estaba segura de que no tardaría mucho, estaba a punto se subir
las escaleras cuando llamaron a la puesta _debió de olvidar las llaves_, fui
abrir. Me quedé paralizada al ver a la persona que llamaba, ¿qué hacía aquí?,
no lo pensé dos veces y traté de cerrar la puerta, pero mi esfuerzo fue inútil,
él la detuvo sin esfuerzo y entró.
__
No te di permiso de pasar.
__
Y yo no lo pedí.
__
Eres Subaru ¿cierto?
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