miércoles, 25 de noviembre de 2015

EQUILIBRIO INMORTAL


CAPÍTULO  11
ATRACCIÓN



Regresé al interior; Alem dejó el periódico que traía sobre en la mesita del centro, dio media vuelta y comenzó a marcharse, se detuvo unos cuantos pasos después y volteó a verme.
__ ¿No vienes?
Retomó su camino y lo seguí. Entramos a la cocina, no me sorprendió el tamaño considerando que la casa era bastante grande; era una cocina bastante moderna a comparación de la decoración de la sala y la biblioteca en la que había estado anteriormente, en el centro había una barra con bancos a su alrededor, tomé asiento en una de las esquinas, Alem se acercó a la estufa y se sirvió algo en una taza, luego la colocó frente a mí.
__ Es para ti.
Sirvió otra para él y se sentó enfrente a mí.
__ Espero que te guste.
__ Gracias.
Levanté la taza y bebí un sorbo, era chocolate caliente, estaba delicioso. Cada vez me costaba más trabajo creer que convivía con personas aparentemente sobrehumanas, aunque su aspecto y por lo que veía sus necesidades no se alejaban de las humanas; Alem notó que lo miraba fijamente.
__ ¿Pasa algo?
__ No, nada.
Bajé la vista hacia la taza que tenía entre mis manos, me sentía avergonzada, el momento era incómodo. Traté de buscar un tema de conversación para terminar con el mal momento.
__ La casa es muy bonita.
__ ¿Te parece?
__ Sí, es muy diferente a cualquiera que haya visto, es muy distinta por fuera y por dentro.
__ No tiene nada de especial, sólo es una más de las casas de la organización.

__ ¿De la organización?

_ Sí, la organización tiene casas y centros de reunión en todo el mundo, ésta es una de ellas, era la más cercana a tu ubicación y nos la fue asignada, ahora nos pertenece desde luego.

Al parecer  esa “organización” era muy poderosa, aún no lograba entender del todo la situación pero parecía que todo giraba en torno a ella o era la clave en todo esto. Bebí de mi chocolate.

__ ¿Puedo preguntarte algo?

__ Dime.

__ ¿Qué tan humanos son ustedes?

__ Querrás decir nosotros, recuerda que también eres parte de esto.

Aún tenía mis dudas.

__ No tenemos nada  humano salvo nuestro aspecto.

__ Pero tienen necesidades humanas.

Miré su taza y luego lo miré a él.

__ Oh, esto; yo no llamaría una necesidad, más bien un instinto.

__ ¿No necesitan alimentarse?

__ En realidad no. Podemos vivir sin necesidad de consumir algo, una vez que llegas a la mayoría de edad en nuestro caso, dejamos de tener un metabolismo y nuestro cuerpo funciona de una manera diferente, podemos comer cualquier cosa que queramos y disfrutarla pero no es necesario, podemos vivir sin ello.

__ Quieres decir qué…

__ No es una necesidad que lo bebas. _ miró mi taza_.  Eso y ninguna otra cosa.

__ Sí eso fuera verdad, ¿Cómo explicas que pueda darme hambre cuando tengo tiempo sin probar bocado?

__ Ya te lo dije, instinto, o mejor dicho, una costumbre mundana tuya. Recuerda que creciste sin conocimientos previos a ello, es comprensible que estés apegada a las necesidades humanas.

Terminé mi chocolate. No me imaginaba viviendo sin el complemento más importante para subsistir. Me levanté, tomé la taza bacía y fui hacia el lavabo.

__ No hace falta que lo hagas, haré que Gianmarco lo haga después.

__  ¿Enserio?, ¿Cómo?

__ Sólo lo dejaré ahí, Gianmarco tendrá que entrar en algún momento y lo verá y como aficionado de la limpieza lo hará en nuestro lugar.

Comenzó a reír; hasta el momento Alem era el único que me incluía como parte de ellos, su presencia y compañía me hacían sentir bien, tenía la confianza de preguntarle cualquier cosa con la certeza de que me respondería con la verdad por más cruel que fuera, era sin duda mi favorito. La puerta de la cocina se abrió y entró Subaru, su aspecto era diferente al de hace unos momentos, vestía un pantalón de gabardina café claro y una playera de manga corta color crema, traía el pelo alborotado y se tallaba los ojos.

__ Puedes callarte, hay quienes intentamos descansar.

Pasó de mirar a Alem a mí.

__ Sigues aquí.

Ahora me daba cuenta, Subaru nunca estaba de buen humor.

__ Dormir cuenta como necesidad humana.

__ ¿De qué hablas?

__ Le conté sobre nuestra innecesidad de alimentarnos, quiere saber qué tan humanos somos.

Me miró de mala gana y luego contestó.

__ El sueño no entra en la parte humana y sí, necesitamos dormir, así que guarden silencio.

Colocó sus brazos sobre su nuca y salió de la cocina, siempre era tan arrogante. Su mal humor hizo que me contagiara, ahora estaba enfadada.

__ Cómo pueden convivir con alguien como él.

__ Cuando se lo propone puede llegar a ser detestable, no se puede esperar menos del rey del mal.

Lavé la taza y la puse a secar; la lluvia había aminorado y creí conveniente marcharme ya. Salimos de la cocina y fuimos hacia la salida, me puse la gorra del abrigo para protegerme de la lluvia.

__ Gracias por todo.

__ Regresa cuando quieras.

Salí a toda prisa, caminé lo más rápido que pude para no empaparme por completo, mi mamá ya se encontraba en casa cuando llegué.

__ ¿Cómo te fue hoy en el trabajo?

__ Bien, todo tranquilo.

__ Subiré a dejar mis cosas, bajo enseguida.

__ No te tardes, la comida ya está lista.

Dejé las cosas sobre la cama y bajé, terminando ayudé a levantar los platos y fui a mi habitación  a hacer tarea, la lluvia se había quitado y el cielo estaba despejado. Terminé de mis deberes pronto, tomé un baño y me fui a la cama temprano.

Las semanas que siguieron fueron monótonas, iba a la escuela, hacía mis deberes, pasaba tiempo con Liza y Mauricio por las tardes, cuando podía iba a visitar al abuelo y de vez en cuando iba a la casa de los chicos si me llegaba a surgir una duda sobre mi nuevo cargo y desde luego, siempre evitaba cruzarme con Subaru; con respecto a Liza y a Mauricio, aún no estaba preparada para contárselos, pero cuando lo estuviera sin duda se los diría, por ahora tenía que mantener el secreto. Comenzaba a desarrollar habilidades que antes no tenía, podía caminar a una velocidad más rápida y mis cinco sentidos estaban mucho más desarrollados, lo que aún no pasaba y cada vez dudaba más que llegara a pasar era despertar mi poder, los chicos decían que sólo era cuestión de tiempo pero yo tenía mis dudas sobre ello; Eizan mencionó en una ocasión que mi memoria había sido borrada y que ello era el obstáculo que lo impedía, ¿A qué se habrá querido referir?, cada vez tengo más dudas sobre el asunto, sigo sin creer en la posibilidad de ser quien soy sin tener antecedentes de ello, dudo que mi mamá sepa algo del asunto de ser así ella me lo hubiera dicho, debe de haber alguien más que lo sepa aparte de los chicos, quizá la organización a la que tanto mencionan pudiera aclararme mis dudas.

Terminando las clases Liza, Mauricio, Omar y yo salimos juntos del salón, se acercaba el torneo y los chicos necesitaban calcetas para el uniforme, Liza y yo decidimos acompañarlos; el viento soplaba fuerte y el cielo estaba despejado, Mauricio tomó lugar a mi lado.

__ ¿Paso por ti para irnos juntos al torneo?

__ ¿No tienes que estar mucho antes?

__ No realmente, tengo el tiempo necesario para pasar por ti e irnos juntos. ¿Qué dices?

__ Me parce bien.

__ Paso por ti a las diez.

Caminamos hasta la salida, al otro lado de la puerta se encontraba Subaru, al principio creí que era una alucinación pero  conforme nos fuimos acercando pude comprobar que sí era él. Se acercó en cuanto salí.

__Te he estado esperando durante todo el día, ¿Por qué has tardado tanto?

Estaba enfadado.

__ Sabes que esto es la escuela, ¿cierto?

__ Como sea, vámonos.

Me tomó de la muñeca y me dio un tirón para que fuera con él, Mauricio trató de detenerlo.

__ Suéltala.
Subaru lo fulminó con la mirada.

__ Qué si no lo hago.

__ Haré que lo hagas.

Sus ojos se llenaron de malicia y una sonrisa de lado se dibujó en su rostro.

__ Me gustaría ver que lo intentaras.

Sabía lo que tramaba y no iba a dejar que le hiciera daño a Mauricio; traté de calmarlo, lo miré y entonces dije:

__ Está bien, iré con él.

__ ¿Estás segura?

__ Si.

Miré a los demás y me disculpe por no poderlos acompañar, sabía que después de esto tendría que darles una  explicación y sin duda Subaru pagaría por ello. Miré a Subaru enfadada y me solté de su mano.

__ Bien, vamos.

Caminamos en silencio casi todo el trayecto, entramos a la calle que tan familiar se me hacía ya en dirección a su casa.

__ No es para tanto, no iba hacerle nada.

__ ¡Qué no es para tanto!, no tenías porque hacerlo, no tenías que irme a buscar, pudiste haber llamado.

Avancé más rápido hasta llegar a la casa, la puerta estaba abierta y los chicos ya nos esperaban reunidos en la sala.

__ Hablaremos en la biblioteca,

Eizan parecía tenso. Nos dirigimos a la biblioteca y entonces habló.

__ He arreglado todo para la ceremonia de la conformación del círculo, la organización ya está enterada y esperan por nosotros, nos iremos el viernes.

__ ¿Irnos?, ¿A dónde?

__ A Dublín. Es ahí donde está el punto central de la organización.

¿El viernes?, eso era imposible, no podía irme así como así y dejarlo todo y mucho menos en tres días, qué le diría a mi mamá, no podría irme sin decirle nada y luego a Dublín, esto sobrepasaba mis límites.

__ No sé si pueda.

__ No se trata de si puedes o no, nos iremos el viernes.

Me dejaban sin alternativas.
__ Bien, yo pensaré en algo en estos días que pueda decirle a mi mamá para poder ir.

__ Necesitamos que lo hagas hoy mismo, mañana tendrás que mudarte aquí.

__ ¿Qué?, ¿Por qué?

__ Iremos a través de un portal, Alem ya lo ha hecho antes con nosotros pero no contigo, necesitará hacerte algunas pruebas antes del viaje, sino funciona encontraremos otra manera de ir.

__ ¿No puedo venir sólo a las pruebas?

__ Lo siento  pero no, es mejor que permanezcas aquí por si llega a surgir algo.

Volvía aquedarme sin elección, no oculté mi desagrado ante la situación al decir que estaría ahí a partir de mañana. De camino a casa pensaba en la formar de lograr que mi mamá me dejara estar ausente durante los días que seguían, no le pedía con regularidad cosas como ésta  así que tal vez y no fuera tan difícil conseguirlo. Entré a casa y fui directo a mi habitación, saqué un par de mochilas de viaje y comencé a preparar todo, aún si no conseguía el permiso tenía que ir. Guardé  las mochilas en el closet una vez que terminé de empacar; la puerta de la entrada se abrió y bajé enseguida a poner el plan en marcha.

__ Carolayn, no me dio tiempo de pasar a comprar algo para comer pero podemos encargar una pizza o alguna otra cosa.

__ La pizza me parece bien.

__ Bien, entonces voy a ordenarla.

Tomó su teléfono y comenzó a marcar, aún no sabía cómo sacar el tema del permiso. Mientras comíamos recordé que hace algunos días había recibido un volante para asistir a una convención de dibujo en un lugar no muy lejos de aquí, me valí de ello para comenzar.


__ Hace algunos días recibí una invitación para asistir a una convención de dibujo, me gustaría asistir y me preguntaba si tendrías algún inconveniente en que fuera.

__ ¿Cuándo será?

__ Comienza mañana.

__ ¿Mañana?

__ Sí, quería decírtelo antes pero lo olvidé.

__ ¿Por cuantos días será?
__ Una semana.
__ Si no hay problema en tu escuela puedes ir.
__ No la hay, gracias.
Terminando de comer llamé a Liza, le dije sobre la convención y los días que estaría ausente.
__ Pero creí que irías al torneo con Mauricio.
Cierto, lo había olvidado, ahora tenía que hacer algo al respecto, no podía llamarlo y decirle que no podría ir con él, si lo hacia lo lastimaría y tal vez nunca me volvería a hablar, tenía que verlo y decírselo en persona. Liza me deseó suerte en la convención y me prometió mantenerme al tanto de cualquier cosa relacionada con la escuela. Llamé a Mauricio y le pedí que nos viéramos esta tarde, él acepto de inmediato; lo cité en el parque cerca de mi casa. Llegué al lugar de la cita mucho antes. No tuve que esperar demasiado, Mauricio llegó puntual. Lo saludé.
__ Hola. Gracias por venir.
Estando frente a él me resultaba más difícil, me dolía tener que decepcionarlo, él siempre estaba para mí y yo nunca lograba estar para él. Comenzamos a caminar alrededor del parque.
__ Debo admitir que me sorprendió que me llamaras y me citaras aquí.
__ ¿Enserio?
__Sí.
__ Si es así debemos vernos más seguido para evitar que eso no pase.
__ Estoy de acuerdo.
Nos sentamos en una de las bancas de alrededor.
__ ¿Puedo preguntarte algo?
 __ Sí, claro.
__ El tipo de esta mañana, ¿realmente lo conoces?
Yo no diría que lo conozco pero tampoco podía decirle algo así, no sabría cómo explicárselo, además, aunque fuera poco por desgracia así era.
__ Sí, así es,
__ ¿Hace cuánto que lo conoces?
Su pregunta me tomó desprevenida. Me tomó algunos minutos formular una respuesta.
__ No hace mucho en realidad.
No dijo nada, miraba hacia enfrente fijamente.
__ En realidad ni siquiera somos amigos.
No sabía que pensaba en ese momento y eso me llenaba de frustración, ni siquiera llegué a advertir que la conversación podría llegar hasta este punto. Ahora me encontraba llena de vergüenza al recordar la situación vivida después de clases, el objetivo de la cita se iba alejando cada vez más. Cambié de tema radicalmente.
__  Me ha llegado una invitación para asistir a una convención de dibujo y pienso ir.
Dejó de mirar al frente y me puso atención.
__ Eso es estupendo. ¿Cuándo será?
__ Comienza mañana.
Su sonrisa desapareció y me miró fijamente. Su tono era serio cunado reanudó la conversación.
__ No vendrás al torneo, ¿cierto?
Sabía que estaba decepcionado y enojado conmigo y no lo culpaba, pero no había otra forma de hacerlo.
__ ¿Para esto me citaste? Me lo pudiste haber dicho por teléfono.
Me sentía culpable.
__ Tenía que decírtelo en persona.
__ ¿Y para qué?, esto no cambiará el hecho de que no irás.
__ Lo siento, pero es una oportunidad que no puedo desaprovechar.
__ Ya no importa. Si eso es todo o que tenías que decirme entonces me voy, aún tengo que organizar cosas con el equipo.
Se levantó y antes de marcharse me miró.
__ Suerte en la convención. – Y se fue.
Después de hoy Mauricio y yo ya no seriamos los mismos. Regresé a casa y revisé el equipaje para comprobar que no faltara nada; el día pronto acabaría y aun no aceptaba la idea de mudarme a la casa de los chicos a base de mentiras, de todo esto sólo había algo que me interesaba, ver a la organización y aclarar todas mis dudas, aunque también me daba miedo, tan sólo el nombre “La organización del silencio” me ponía los pelos de punta pero era algo que tenía que hacer si realmente quería saber toda mi historia. Terminé de revisar el equipaje y lo coloqué a un lado de la cama, me acerqué a mi escritorio y abrí el cajón, quería escuchar un poco de música y mis audífonos se encontraban ahí, me di cuenta que el libro que me había regalado el abuelo seguía con la envoltura, ese día no me había dado tiempo de abrirlo y al pasar los días se me olvidó por completo; lo saqué y lo abrí, nunca me hubiera imaginado que el abuelo me regalara un libro como éste, era La inmortalidad de Milan Kundera, nunca había leído nada semejante pero si el abuelo me lo daba era sin duda interesante, volví a guardar el libro en el cajón, saqué los audífonos y me recosté sobre la cama. No quería que anocheciera, no quería mudarme, comenzaba a odiar todo esto. Sin pensarlo me quedé dormida; desperté cuando ya había anochecido, llovía levemente, miré el reloj y bajé a la cocina. Mi mamá se encontraba en el comedor trabajando en su computadora.
__ ¿Te falta mucho?, ya es tarde.
__ Ya casi término.
Pasé a la cocina por un vaso de leche y regresé al comedor, me senté frente a ella y la miré trabajar. Terminó ya tarde, después de las once, esperé con ella hasta que terminó. Antes de entrar a nuestras habitaciones, en el pacillo, mi mamá me deseó suerte en la convención ya que se iría temprano a trabajar y no me vería partir.
__ Gracias.
La noche se me hizo demasiada corta, mi mamá ya se había ido y sólo esperaba llenarme de fuerzas para salir de casa. Salí antes de mediodía, traté de aplazar mi  llegada lo más que pude, realmente no quería hacerlo. Llegué a la casa y me acerqué a la puerta, toqué sólo una vez, en mi interior deseaba que nadie abriera; Nicholas abrió mucho antes de que pudiera completar mi pensamiento; ya estaba aquí, no había vuelta atrás.
__ Adelante.
Entré. No había nadie esperándome, la casa estaba igual que otras veces. De alguna manera eso me daba confianza, saber que me darían mi espacio. Nicholas se ofreció a ayudarme con el equipaje y me condujo a la que sería mi habitación por los próximos tres días. La habitación era grande y cómoda, no había mucha decoración, era ideal para mí. Nicholas se marchó una vez que dejó el equipaje sobre la cama. Era bastante extraño estar en este lugar que se sentía completamente deshabitado. El día entero me lo pase en la habitación, caminaba en círculos, me recostaba sobre la cama, escuchaba el tic tac del reloj de la pared, miraba el techo por horas, hasta que mi paciencia se agotó; comenzaba a entrarme la ansiedad. Tenía que hacer algo productivo si no quería perder la paciencia; saqué mi bloc de dibujo de la mochila y un pedazo de carboncillo, en una hoja en blanco comencé a rayar en diferentes direcciones para librarme de toda la ansiedad. La puerta de la habitación se abrió.
__ ¿No piensas salir de aquí?
__ ¿No tocas antes de entrar?
Subaru se acercó a ver lo que hacía.
__ Un minuto más y casi te suicidas.
Lo ignoré. Dejé de hacer lo que estaba haciendo y me levanté de la cama, tenía las manos llenas de carboncillo. Salí de la habitación en busca de un baño; sólo conocía las estancias donde había llegado a estar, aún así, no creí que me causara dificultad encontrar el baño. Recorrí los pacillos, abría cada puerta que me encontraba pero no logré encontrarlo, pensé en preguntarle a alguien pero no parecía haber nadie en la casa; regresé a la habitación en busca de Subaru como última opción a quien recurrir. La puerta de la habitación estaba abierta pero él ya no estaba, busqué entre mis cosas algo con que limpiarme las manos.
__ Usa esto.
Subaru me lanzó una toalla húmeda.
__ Gracias.
Mi relación no era buena con él y mientras menos contacto tuviéramos mucho mejor. Alem apareció en la habitación.
__ Veo que ya te han dado la bienvenida.
Alem miró a Subaru pero él desvió la mirada. Nunca me había dado cuenta pero al parecer ellos no se llevaban muy bien.
__ Más tarde te espero en la biblioteca para la primera prueba.
No dijo nada más y salió. Miré a Subaru y aún parecía tenso, era realmente incómodo. Pensé en dejarlo solo, fui hacia la salida.
__ No tienes porque irte.
__ ¿Seguro? No quiero tener problemas.
__ ¿Por qué los tendrías?
__ No sé, tú sueles causarlos.
Salió mucho más enfadado de lo que ya estaba.
Me encontré en la biblioteca con Alem, él ya me esperaba.
__ Pasa.
Nunca había llegado a pensar sobre lo que implicaba la prueba, teniendo en cuenta que Alem controlaba el tiempo y pensaban viajar a través de un portal, ahora que lo pensaba sonaba mal.
__ ¿Cómo será la prueba?
__ Nada que no haya hecho antes.
Me pidió que me colocara en el centro y no me moviera, dibujo bajo mis pies un símbolo oscuro.
__ Puedes cerrar los ojos si quieres.
No me di cuenta de aquello que hubiera hecho, pasaron algunos minutos y me pidió que abriera los ojos, la única sensación que me quedó era la que se sentía cuando pasabas todo el día saltando en un brincolín y bajas y comenzabas a caminar.
__ Eso es todo, puedes irte si quieres.
__ ¿Y cuál es el resultado?


__ No hay ningún problema, puedes viajar con nosotros a través del portal.


GISELLE CARMONA

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