CAPÍTULO 12
UN SENTIMIENTO
PROFUNDO
__ ¿Cuántas pruebas más
tendrás que hacer?
__ No lo sé, las que
sean necesarias.
Aproveché que estaba con él y le pregunté
sobre lo sucedido en la habitación.
__ Tú y Subaru no se
llevan muy bien ¿verdad?
__ ¿Por qué lo dices?
__ Bueno, él no perecía
muy contento de verte.
Colocaba un libro en
uno de los estantes del librero, se detuvo y me examinó con la mirada.
__ ¿Siempre eres así?
__ ¿cómo?
__ Te metes en la vida
de otras personas.
Incluso él podía dejar
de ser amable. Salí de la biblioteca humillada sin decir nada más; antes de
regresar a la habitación fui a la cocina por algo de comer, Gianmarco se
encontraba dentro, dudé si debía quedarme. Observándolo detenidamente Gianmarco
era realmente guapo, parecía modelo de revistas; se encontraba sentado en uno
de los bancos con la cabeza sobre la barra, estaba dormido. Decidí salir antes
de que despertara, no quería recibir ningún comentario de desagrado por mi
presencia, me giré para salir.
__ Ya es demasiado
tarde.
Gianmarco despertó y se
enderezó.
__ Lo siento, no quería
despertarte.
Puso su codo sobre la
mesa y recargó su cabeza en su mano, se veía cansado.
__ ¿Qué quieres?
__ Venía por algo de comer.
__ No hablas enserio.
Así que era verdad que
nadie comía aquí.
__ Regresaré después.
__ Ya estás aquí, sólo
toma por lo que hayas venido.
Me acerqué al refrigerador,
me sorprendió que estuviera lleno de alimentos tomando en cuenta que no lo
necesitaban. – Creí que no necesitaban alimentarse-, murmuré para mí.
__ Es para ti. Alem nos
contó lo de tu extraña costumbre.
Lo había olvidado, sus sentidos también están
más desarrollados, de ahora en adelanté no volveré a hablar en voz baja al
menos mientras me encuentre aquí. Seguía observando los alimentos, no sabía que
tomar.
__ ¿Quieres que te
prepare algo?
¿Escuchaba bien?, donde
habían quedado sus malos modales.
__ No es necesario pero
gracias.
Se levantó y vino
hacia donde estaba, tomó algunas cosas y
fue a la estufa.
__ Lo hare rápido así
que espera.
Me quedé sin palabras.
Ya que se molestaba en cocinar me ofrecí a ayudarle pero no aceptó mi ayuda, me
pidió que esperara sentada así que lo hice. No tardó mucho en cocinar, me
acercó un platillo bastante elaborado, se veía delicioso.
__ Es Quiche Lorraine.
Espero que te guste.
Nunca antes había
escuchado del platillo pero se veía delicioso; tenía hambre y ya que se había
ofrecido a cocinar no podía despreciarlo. Llegué a tener mis dudas ya que él
normalmente no era amable, incluso diría que le caía mal, no fue muy educado de
mi parte pero tenía que preguntar antes de probarlo.
__ ¿Cómo lo preparaste?
__ Sólo es una tarta salada de queso, bacon y
jamón; un platillo típico de Francia.
Me hubiera sentido
menos presionada a comerlo si hubiera omitido lo último. Terminé comiéndolo
todo, realmente era bueno.
__ Estuvo delicioso,
gracias.
__ Por nada.
__ ¿Te gusta cocinar?
__ Mientras vivía en
Francia trabajaba de chef en uno de los mejores restaurantes, era entretenido.
Así que era francés, eso
lo explicaba todo. Me hubiera gustado preguntarle más sobre su vida pero temí
que le disgustara, preferí omitir mi curiosidad al respecto. Me levanté y llevé
los trastes al lavabo.
__ Ya que tú has
cocinado te ayudaré a lavar los platos.
__ No hace falta, lo
haré yo. Quiero seguir durmiendo.
Había olvidado que al
entrar aquí interrumpí “su sueño”. No discutí sobre el asunto y fui a la
salida, antes de salir me giré para hacerle una pregunta.
__ ¿No es la cocina un
lugar muy incómodo para dormir?
__ Considerando que
nadie entra aquí nunca, no, no lo es, o al menos no lo era.
Me miró fijamente.
__ ¿Qué hay de tu
habitación?
__ Nicholas duerme al
lado, eso es incómodo.
No pregunté a lo que se
refería, volví a darle las gracias y me marché. Entré a la habitación y
extrañamente me quedé dormida en cuanto me acosté.
Desperté temprano, en
cuanto abrí los ojos me di cuenta que no era un sueño lo que estaba viviendo; me
levanté, tendí la cama y salí de la habitación. Quería encontrarme con alguno de los chicos, tenía
una “costumbre mundana” que atender, pero no aparecía nadie por la casa, ¿dónde
se metían todos? Fui a la cocina y me serví un poco de cereal con leche, terminé
y regresé a la habitación. No quería pasar el día entero encerrada, mientras
caminaba alrededor de la cama recordé que desde la biblioteca se veía un jardín
trasero, parecía un buen lugar para pasar el día a pesar del clima, tomé mi
material de dibujo y me dirigí hacia la biblioteca. Pasé sin ningún problema. Abrí la ventana,
calculé la altura hasta el suelo, no era una distancia tan larga así que sería
fácil brincar hacia el otro lado, hubiera preferido entrar por la puerta pero
la casa era tan extraña que si no había podido encontrar el baño mucho menos
encontraría la puerta por la cual se entraba. Brinqué sin ningún problema, era
más grande de lo que parecía. El día era diferente a otros días, no había mucho
viento y en cielo había pocas nubes; me senté en el césped, debajo de un roble,
hacía tiempo que no estaba en un lugar parecido, era como un pequeño bosque
tranquilo, dejé mi material de dibujo a un lado. Me acosté y miré el cielo,
pude sentir que el césped estaba húmedo por la lluvia de los días anteriores
pero no me importó, cerré los ojos y disfruté de la brisa suave del viento.
__ Es agradable,
¿cierto?
Esa voz. Hay personas
que toman un lugar importante en tu vida, que no quieres apartar de ti,
recuerdos que permanecen contigo hasta el último de tus días, y voces que transmiten
sensaciones intensas; aunque parezca imposible, eso es lo que él logra en mí.
Desde el día que lo conocí tuve la
sensación de conocerlo desde hace tiempo, a pesar de mí odio hacia él esa
sensación sigue intacta, cada vez que lo veo o escucho su voz ese sentimiento
se hace más fuerte, sé que es una locura pero por más que lo intento no logro
reprimirlo. Odio admitirlo pero, me siento bien cuando él está cerca.
Abrí los ojos y me
senté, él estaba sentado a un lado de mí, miraba hacia el cielo.
__ Sí, lo es.
Permanecimos en
silencio, ambos mirábamos hacia la misma dirección. Parecía increíble como a
pesar de nuestro mutuo odio, si es que se le podía llamar así, podíamos pasar momentos
como esos.
__ ¿Cómo llegaste aquí?
Contesté sin mirarlo.
__ Entré por la
biblioteca.
__ ¿Cómo?
__ Por la venta. No era
muy alto.
Me miraba fijamente, yo
seguía con la vista al frente.
__ ¿Cuándo adquiriste
nuevas habilidades?
Lo decía con una chispa
de diversión. Me giré para mirarlo, lucia diferente.
__Siempre las he
tenido.
Comenzó a reír. El
viento comenzaba a soplar más fuerte, volvimos a quedar en silencio.
__ ¿Qué haces tú aquí?,
creí que no había nadie en casa.
__ Éste es mi lugar,
hace poco que llegué.
__ ¿Entonces los demás
ya están aquí también?
__ ¿Quiénes?
__ Alem y los demás.
__ ¿Alem? ¿Para qué quieres
a Alem? No es muy interesante que digamos.
__ No pienso lo mismo.
__ ¿Te gusta?
Me sorprendió su pregunta.
Ahora que lo pensaba, eso era más que evidente, me llevaba bien con Alem.
__ Sí.
Desvió la mirada y se
movió en su lugar, no dijo nada más, después de unos minutos se levantó.
__ Si te interesa, Alem
está en su habitación.
__Ya veo.
Miraba el césped que
sus pies pisaban, permaneció sin decir nada por algunos segundos, levantó la
vista y mi miró, luego se dio media vuelta e hizo ademan de irse.
__ ¿Te vas tan pronto?
Se detuvo pero o se
giró al contestarme.
__ Deberías ir a ver a
Alem antes de que desaparezca de nuevo.
__ Nunca deje que
necesitara verlo.
__ Tampoco lo negaste.
Por alguna razón
nuestras conversaciones terminaban siendo extrañas e incómodas.
__ ¿Puedo preguntarte
algo antes de que te vayas?
__ ¿Qué?
__ ¿Cuál es la salida?
Su expresión cambió.
__ Supongo que la misma
por donde entraste.
__ Hablo en serio.
__ Yo también.
Me levanté, tomé el
material de dibujo que no había necesitado, lo miré enojada y fui hacia la
ventana. El día comenzaba a ponerse frío, lo más probable era que pronto
lloviera, no quería que mis dibujos se arruinaran, además, comenzaba a darme
frío. Me detuvo cuando pasé a su lado.
__ Lo siento. La salida
es por allá.
Me soltó y caminó hacía
la salida, lo seguí. Salimos por una puerta que daba al pasillo de al lado de
la cocina, nunca se me hubiera ocurrido que se podía entrar por ahí. Siguió su
camino por su lado, yo seguía tras él. Entró a un pasillo en el cual nunca
había estado, llegó a un elevador, presionó el botón para que abriera, se giró al
hablarme.
__ ¿Y ahora qué?
Su estado de ánimo
había cambiado, estaba enojado y ni siquiera sabía por qué, entonces recordé lo
que una vez e había dicho Alem, “No se puede esperar menos del rey de la maldad”.
Sí, es verdad, Subaru era la deidad de la maldad pero, hasta el momento nunca
había visto lo que podía hacer, no me imaginaba a que grado llegaba su maldad,
algunas veces dudaba que fuera así.
__Así qué, sus
habitaciones están en el segundo piso.
__ Lo estás viendo.
El elevador se abrió y
él entró, lo miré por unos instantes y di vuelta para volver a la habitación,
__ Si quieres venir
sólo dilo.
No lo pensé dos veces,
era ir con él o quedarme el resto del día en la habitación; vacilé antes de
entrar. El piso de arriba era diferente en cuanto a estilo, un toque clásico
con algo gótico, había una estancia pequeña con una chimenea; las puertas de
las habitaciones estaban cerradas, mientras pasábamos por el pasillo Subaru se
detuvo en una de las primeras puertas.
__ Ésta es la
habitación de Alem.
No se detuvo por mucho
tiempo y siguió caminando. Llegamos a la habitación que estaba más al fondo,
abrió la puerta y pasó, entré después de él; la decoración era bastante
extraña, en el interior había una cama, una ventana con vista al patio y a su
lado un pequeño sofá, había un librero y en el buró al lado de la cama había
una lámpara de noche.
__ Así que, aquí es
donde duermes.
No dijo nada, fue hacía
la cama y se acostó, tomó el libro que estaba a su lado y comenzó a leer. La
habitación era espaciosa, me acerqué al librero, todos los libros tenían
títulos extraños y estaban en diferentes idiomas, dejé mi material de dibujo en
el sofá y miré a Subaru.
__ ¿Qué lees?
Me ignoró por completo.
Me acerqué a la ventana, comenzaba a llover; tomé mis cosas y fui a la salida,
prefería estar en mi habitación que en un lugar donde me ignoraban.
__ ¿A dónde vas?
__ A mi habitación, prefiero estar sola que estar
con alguien y ser ignorada.
__ Deberías ir con
Alem, tal vez él si tenga tiempo para ti.
__ Sí, tal vez.
Y salí de la
habitación. Iba hacia el elevador pero al pasar por la pequeña estancia noté
que la chimenea estaba encendida, tuve curiosidad y me acerqué. Nicholas estaba
sentado en un sofá mirando televisión.
__ ¿Pasa algo?
__ No.
Seguí hasta el
elevador. Llegué a la habitación, busqué entre mis cosas una manta, me acosté
en la cama y cerré los ojos, _ sólo un día más, sólo un día más_. Me despertó
el ruido de la puerta, alguien tocaba con
desesperación, me levanté y fui a abrir, era Nicholas.
__ Dejaste esto.
Me dio mi blog de
dibujo, lo había dejado en una de las mesas de la estancia cuando me acerqué a
la chimenea.
__ Gracias.
__ Lo haces bien. Has
pensado en dedicarte a ello.
__ No, sólo es un
pasatiempo.
__ Pues deberías
pensarlo, no todos tienen ese talento.
__ Sí, eso es cierto.
Gracias por traerlo hasta aquí.
__ Descuida. Por
cierto, Eizan quiere que nos reunamos en la biblioteca en cinco minutos.
__ ¿Pasa algo?
__ Siempre pasa algo.
Nicholas se fue.
Terminé de despertarme y fui a la biblioteca; cundo entré ya todos estaban ahí,
sólo faltaba Eizan, me senté en uno de los sofá a esperar, Alem se sentó en el
mismo sillón, aún estaba indignada por lo que había pasado el día anterior y
dado que nunca pidió disculpas no pensaba ser yo quien volviera a dirigirle la
palabra. Me levanté y me recargué cerca del escritorio a esperar. Eizan entró y
sin dar explicaciones sólo dio una orden.
__ Hay cambio de
planes, nos iremos a Dublín esta misma noche. Preparen sus cosas. Nos vemos a
las siete aquí.
Luego se machó. Nadie
dijo nada y poco a poco se fueron. Regresé a la habitación, arreglé mis cosas y
sólo esperé a que llegara la hora asignada. En la biblioteca todos estaban
relajados, incluso Alem quien era quien abriría el portal. Eizan llegó con su
equipaje, una mochila pequeña y entonces todo comenzó. No tuvo que decir nada,
todos se pusieron en círculo, yo los emite, Alem sacó un cuchillo pequeño de su
bolsillo, como una daga delgada, con ella dibujo en el centro del círculo un símbolo
extraño, terminó de dibujarlo y su contorno se llenó de luz, comenzó a abrirse
el suelo y su interior parecía como un acantilado sin fondo.
__ Iré primero.
Eizan se acercó y
saltó, después de él le siguió Nicholas y Alem.
__ El portal cerrara
pronto, será mejor que vengas.
Y saltó Subaru, yo fui
tras él. Abrí los ojos, no me sentía muy bien, había olvidado la sensación que
me había provocado la última vez, los demás no estaban cerca y cuando me di
cuenta de ello me alarmé, intente localizarlos con la vista pero no había
rastro de ellos, comencé a caminar y fue entonces que vi a uno de ellos a poca
distancia de donde me encontraba, aceleré el paso para alcanzarlo; era
Gianmarco.
__ ¿Dónde están los
demás?
__ No lo sé.
__ ¿Cómo?
Siguió caminando, lo
seguí de cerca. Después de unos minutos nos encontramos con Nicholas, al
parecer todos llegaron a lugares diferentes.
__ Lo más probable es
que no estén muy lejos, sigamos caminando.
Después de un rato nos
reunimos con Eizan y Subaru, el único que faltaba era Alem, tardamos en
localizarlo. Una vez juntos fuimos hacia la organización, no quedaba muy lejos
así que fuimos caminando. Llegamos a una especie de castillo, era enorme, Eizan
llamó a la puerta y después de conversar lo dejaron pasar; el interior era algo
oscuro, había poca luz a pesar de ser de día, las personas que habitaban el
lugar vestían túnicas blancas y no se les veía el rostro, una de ellas nos
llevó hasta un salón solitario sin más orificio que la puerta, estando dentro
sentía que me faltaba el aire, una vez llegado nos dejó solos. Todos tomaron
lugar como si nada, parecía que ya hubieran estado aquí antes. El tiempo que
transcurrió fue estresante para mí, nadie habló sobre la situación. Entró un grupo
de personas mucho más extrañas que las que había visto, éstas vestían de negro y sus túnicas eran mucho más
largas, traían diversos objetos en las manos y libros antiguos y enormes. En cuanto
entraron todos hicieron reverencia, uno de ellos se dirigió a Eizan en un
idioma que no reconocí, por su voz podía decir que se trataba de una persona
mayor y aunque no se descubría el rostro algo me decía que esas personas no eran
humanas. Intercambiaron unas palabras y los demás también le contestaron en su
idioma, después de terminar su conversación se acercó a mí, me dijo algo que no
entendí.
__ Pregunta que cuál es
tu nombre.
Subaru estaba cerca de
mí y fue quien me tradujo.
__ Me llamo Carolayn.
No preguntó nada más y
se dirigió a las personas que venían con él, después volvió a hablar con los
chicos y se marchó. Las demás personas seguían ahí, abrieron sus libros y
colocaron en el piso los instrumentos que traían en forma de cruz, hablaron y
todos se acercaron.
__ Muid ag cur tús leis an dóiteán.
Se colocaron alrededor
de los objetos y uno de ellos comenzó a leer algo en el idioma extraño, todos
estaban muy concentrados, los instrumentos comenzaron a elevarse y a girar
hasta que el círculo se encendió en llamas, leían cada vez más rápido y
elevaban el tono de su voz. Otro de ellos se acercó a nosotros con una daga dorada parecida a la
de Alem, cortaba la yema del dedo índice y colocaba la sangre en una copa
negra, cuando llegó a mí me puse nerviosa, tomó mi mano y me hizo una cortada
en el dedo, revolvió mi sangre con la de
los demás, y así siguió hasta que juntó la sangre de todos; con la sangre bañó
el circulo de fuego y en ese momento las llamas se hicieron azules.
__ Arís tar eís dom.
El encargado de la copa
tomó lugar detrás del hombre que leía. Eizan me indicó que debía repetir lo que
el hombre de la lectura dijera y así lo hice.
__Is é mo chuid fola
nasctha le sin de mo cinniúint agus an domhan ar fad, beidh mé a chosaint go
dtí an t-iarmhéid curp nóiméad deireanach inniu agus beidh ag baint suilt as mo
bhronntanas a bheith ar an fósa a thiomáineann dó a buaice.
El círculo de fuego se
extendió por toda la habitación y la llenó de un gas extraño, una ráfaga de
viento inundó lugar, después de unos segundos todo terminó. Los señores dijeron
algo, Eizan contestó e hizo una reverencia y luego se marcharon.
__ Ahora podemos
regresar.
Eizan parecía más alegre.
Regresamos al día siguiente por la mañana a través del portal, yo me sentía
fatal, nos encontrábamos en la biblioteca descansando, poco a poco los chicos
se retiraban a sus habitaciones, al final sólo quedamos Subaru y yo.
__ ¿Así es cómo acaba
todo?
__ ¿A qué te refieres?
__ Después de todo esto
puedo irme a casa.
__ Tal vez puedas irte
a casa pero esto sólo acaba de comenzar, ahora somos un equipo, no podrás
renunciar nuca más, ¿podrás lidiar con eso?
__ ¿Y tú?
__ La vida es sufrimiento,
es dura, el mundo está maldito, pero aún puedes encontrar razones para seguir
viviendo.
GISELLE CARMONA
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