jueves, 10 de diciembre de 2015

EQUILIBRIO INMORTAL


CAPÍTULO  12
UN SENTIMIENTO PROFUNDO

__ ¿Cuántas pruebas más tendrás que hacer?
__ No lo sé, las que sean necesarias.
 Aproveché que estaba con él y le pregunté sobre lo sucedido en la habitación.
__ Tú y Subaru no se llevan muy bien ¿verdad?
__ ¿Por qué lo dices?
__ Bueno, él no perecía muy contento de verte.
Colocaba un libro en uno de los estantes del librero, se detuvo y me examinó con la mirada.
__ ¿Siempre eres así?
__ ¿cómo?
__ Te metes en la vida de otras personas.
Incluso él podía dejar de ser amable. Salí de la biblioteca humillada sin decir nada más; antes de regresar a la habitación fui a la cocina por algo de comer, Gianmarco se encontraba dentro, dudé si debía quedarme. Observándolo detenidamente Gianmarco era realmente guapo, parecía modelo de revistas; se encontraba sentado en uno de los bancos con la cabeza sobre la barra, estaba dormido. Decidí salir antes de que despertara, no quería recibir ningún comentario de desagrado por mi presencia, me giré para salir.
__ Ya es demasiado tarde.
Gianmarco despertó y se enderezó.
__ Lo siento, no quería despertarte.
Puso su codo sobre la mesa y recargó su cabeza en su mano, se veía cansado.
__ ¿Qué quieres?
__  Venía por algo de comer.
__ No hablas enserio.
Así que era verdad que nadie comía aquí.
__ Regresaré después.
__ Ya estás aquí, sólo toma por lo que hayas venido.
Me acerqué al refrigerador, me sorprendió que estuviera lleno de alimentos tomando en cuenta que no lo necesitaban. – Creí que no necesitaban alimentarse-, murmuré para mí.
__ Es para ti. Alem nos contó lo de tu extraña costumbre.
 Lo había olvidado, sus sentidos también están más desarrollados, de ahora en adelanté no volveré a hablar en voz baja al menos mientras me encuentre aquí. Seguía observando los alimentos, no sabía que tomar.
__ ¿Quieres que te prepare algo?
¿Escuchaba bien?, donde habían quedado sus malos modales.
__ No es necesario pero gracias.
Se levantó y vino hacia  donde estaba, tomó algunas cosas y fue a la estufa.
__ Lo hare rápido así que espera.
Me quedé sin palabras. Ya que se molestaba en cocinar me ofrecí a ayudarle pero no aceptó mi ayuda, me pidió que esperara sentada así que lo hice. No tardó mucho en cocinar, me acercó un platillo bastante elaborado, se veía delicioso.
__ Es Quiche Lorraine. Espero  que te guste.
Nunca antes había escuchado del platillo pero se veía delicioso; tenía hambre y ya que se había ofrecido a cocinar no podía despreciarlo. Llegué a tener mis dudas ya que él normalmente no era amable, incluso diría que le caía mal, no fue muy educado de mi parte pero tenía que preguntar antes de probarlo.
__ ¿Cómo lo preparaste?
__  Sólo es una tarta salada de queso, bacon y jamón; un platillo típico de Francia.
Me hubiera sentido menos presionada a comerlo si hubiera omitido lo último. Terminé comiéndolo todo, realmente era bueno.
__ Estuvo delicioso, gracias.
__ Por nada.
__ ¿Te gusta cocinar?
__ Mientras vivía en Francia trabajaba de chef en uno de los mejores restaurantes, era entretenido.
Así que era francés, eso lo explicaba todo. Me hubiera gustado preguntarle más sobre su vida pero temí que le disgustara, preferí omitir mi curiosidad al respecto. Me levanté y llevé los trastes al lavabo.
__ Ya que tú has cocinado te ayudaré a lavar los platos.
__ No hace falta, lo haré yo. Quiero seguir durmiendo.
Había olvidado que al entrar aquí interrumpí “su sueño”. No discutí sobre el asunto y fui a la salida, antes de salir me giré para hacerle una pregunta.
__ ¿No es la cocina un lugar muy incómodo para dormir?
__ Considerando que nadie entra aquí nunca, no, no lo es, o al menos no lo era.
Me miró fijamente.
__ ¿Qué hay de tu habitación?
__ Nicholas duerme al lado, eso es incómodo.
No pregunté a lo que se refería, volví a darle las gracias y me marché. Entré a la habitación y extrañamente me quedé dormida en cuanto me acosté.
Desperté temprano, en cuanto abrí los ojos me di cuenta que no era un sueño lo que estaba viviendo; me levanté, tendí la cama y salí de la habitación. Quería  encontrarme con alguno de los chicos, tenía una “costumbre mundana” que atender, pero no aparecía nadie por la casa, ¿dónde se metían todos? Fui a la cocina y me serví un poco de cereal con leche, terminé y regresé a la habitación. No quería pasar el día entero encerrada, mientras caminaba alrededor de la cama recordé que desde la biblioteca se veía un jardín trasero, parecía un buen lugar para pasar el día a pesar del clima, tomé mi material de dibujo y me dirigí hacia la biblioteca.  Pasé sin ningún problema. Abrí la ventana, calculé la altura hasta el suelo, no era una distancia tan larga así que sería fácil brincar hacia el otro lado, hubiera preferido entrar por la puerta pero la casa era tan extraña que si no había podido encontrar el baño mucho menos encontraría la puerta por la cual se entraba. Brinqué sin ningún problema, era más grande de lo que parecía.  El  día era diferente a otros días, no había mucho viento y en cielo había pocas nubes; me senté en el césped, debajo de un roble, hacía tiempo que no estaba en un lugar parecido, era como un pequeño bosque tranquilo, dejé mi material de dibujo a un lado. Me acosté y miré el cielo, pude sentir que el césped estaba húmedo por la lluvia de los días anteriores pero no me importó, cerré los ojos y disfruté de la brisa suave del viento.
__ Es agradable, ¿cierto?
Esa voz. Hay personas que toman un lugar importante en tu vida, que no quieres apartar de ti, recuerdos que permanecen contigo hasta el último de tus días, y voces que transmiten sensaciones intensas; aunque parezca imposible, eso es lo que él logra en mí. Desde el día que  lo conocí tuve la sensación de conocerlo desde hace tiempo, a pesar de mí odio hacia él esa sensación sigue intacta, cada vez que lo veo o escucho su voz ese sentimiento se hace más fuerte, sé que es una locura pero por más que lo intento no logro reprimirlo. Odio admitirlo pero, me siento bien cuando él está cerca.
Abrí los ojos y me senté, él estaba sentado a un lado de mí, miraba hacia el cielo.
__ Sí, lo es.
Permanecimos en silencio, ambos mirábamos hacia la misma dirección. Parecía increíble como a pesar de nuestro mutuo odio, si es que se le podía llamar así, podíamos pasar momentos como  esos.
__ ¿Cómo llegaste aquí?
Contesté sin mirarlo.
__ Entré por la biblioteca.
__ ¿Cómo?
__ Por la venta. No era muy alto.
Me miraba fijamente, yo seguía con la vista al frente.
__ ¿Cuándo adquiriste nuevas habilidades?
Lo decía con una chispa de diversión. Me giré para mirarlo, lucia diferente.
__Siempre las he tenido.
Comenzó a reír. El viento comenzaba a soplar más fuerte, volvimos a quedar en silencio.
__ ¿Qué haces tú aquí?, creí que no había nadie en casa.
__ Éste es mi lugar, hace poco que llegué.
__ ¿Entonces los demás ya están aquí también?
__ ¿Quiénes?
__ Alem y los demás.
__ ¿Alem? ¿Para qué quieres a Alem? No es muy interesante que digamos.
__ No pienso lo mismo.
__ ¿Te gusta?
Me sorprendió su pregunta. Ahora que lo pensaba, eso era más que evidente, me llevaba bien con Alem.
__ Sí.
Desvió la mirada y se movió en su lugar, no dijo nada más, después de unos minutos se levantó.
__ Si te interesa, Alem está en su habitación.
__Ya veo.
Miraba el césped que sus pies pisaban, permaneció sin decir nada por algunos segundos, levantó la vista y mi miró, luego se dio media vuelta e hizo ademan de irse.
__ ¿Te vas tan pronto?
Se detuvo pero o se giró al contestarme.
__ Deberías ir a ver a Alem antes de que desaparezca de nuevo.
__ Nunca deje que necesitara verlo.
__ Tampoco lo negaste.
Por alguna razón nuestras conversaciones terminaban siendo extrañas e incómodas.
__ ¿Puedo preguntarte algo antes de que te vayas?
__ ¿Qué?
__ ¿Cuál es la salida?
Su expresión cambió.
__ Supongo que la misma por donde entraste.
__ Hablo en serio.
__ Yo también.
Me levanté, tomé el material de dibujo que no había necesitado, lo miré enojada y fui hacia la ventana. El día comenzaba a ponerse frío, lo más probable era que pronto lloviera, no quería que mis dibujos se arruinaran, además, comenzaba a darme frío. Me detuvo cuando pasé a su lado.
__ Lo siento. La salida es por allá.
Me soltó y caminó hacía la salida, lo seguí. Salimos por una puerta que daba al pasillo de al lado de la cocina, nunca se me hubiera ocurrido que se podía entrar por ahí. Siguió su camino por su lado, yo seguía tras él. Entró a un pasillo en el cual nunca había estado, llegó a un elevador, presionó el botón para que abriera, se giró al hablarme.
__ ¿Y ahora qué?
Su estado de ánimo había cambiado, estaba enojado y ni siquiera sabía por qué, entonces recordé lo que una vez e había dicho Alem, “No se puede esperar menos del rey de la maldad”. Sí, es verdad, Subaru era la deidad de la maldad pero, hasta el momento nunca había visto lo que podía hacer, no me imaginaba a que grado llegaba su maldad, algunas veces dudaba que fuera así.
__Así qué, sus habitaciones están en el segundo piso.
__ Lo estás viendo.
El elevador se abrió y él entró, lo miré por unos instantes y di vuelta para volver a la habitación,
__ Si quieres venir sólo dilo.
No lo pensé dos veces, era ir con él o quedarme el resto del día en la habitación; vacilé antes de entrar. El piso de arriba era diferente en cuanto a estilo, un toque clásico con algo gótico, había una estancia pequeña con una chimenea; las puertas de las habitaciones estaban cerradas, mientras pasábamos por el pasillo Subaru se detuvo en una de las primeras puertas.
__ Ésta es la habitación de Alem.
No se detuvo por mucho tiempo y siguió caminando. Llegamos a la habitación que estaba más al fondo, abrió la puerta y pasó, entré después de él; la decoración era bastante extraña, en el interior había una cama, una ventana con vista al patio y a su lado un pequeño sofá, había un librero y en el buró al lado de la cama había una lámpara de noche.
__ Así que, aquí es donde duermes.
No dijo nada, fue hacía la cama y se acostó, tomó el libro que estaba a su lado y comenzó a leer. La habitación era espaciosa, me acerqué al librero, todos los libros tenían títulos extraños y estaban en diferentes idiomas, dejé mi material de dibujo en el sofá y miré a Subaru.
__ ¿Qué lees?
Me ignoró por completo. Me acerqué a la ventana, comenzaba a llover; tomé mis cosas y fui a la salida, prefería estar en mi habitación que en un lugar donde me ignoraban.
__ ¿A dónde vas?
 __ A mi habitación, prefiero estar sola que estar con alguien y ser ignorada.
__ Deberías ir con Alem, tal vez él si tenga tiempo para ti.
__ Sí, tal vez.
Y salí de la habitación. Iba hacia el elevador pero al pasar por la pequeña estancia noté que la chimenea estaba encendida, tuve curiosidad y me acerqué. Nicholas estaba sentado en un sofá mirando televisión.
__ ¿Pasa algo?
__ No.
Seguí hasta el elevador. Llegué a la habitación, busqué entre mis cosas una manta, me acosté en la cama y cerré los ojos, _ sólo un día más, sólo un día más_. Me despertó el ruido de la puerta, alguien tocaba con  desesperación, me levanté y fui a abrir, era Nicholas.
__ Dejaste esto.
Me dio mi blog de dibujo, lo había dejado en una de las mesas de la estancia cuando me acerqué a la chimenea.
__ Gracias.
__ Lo haces bien. Has pensado en dedicarte a ello.
__ No, sólo es un pasatiempo.
__ Pues deberías pensarlo, no todos tienen ese talento.
__ Sí, eso es cierto. Gracias por traerlo hasta aquí.
__ Descuida. Por cierto, Eizan quiere que nos reunamos en la biblioteca en cinco minutos.
__ ¿Pasa algo?
__ Siempre pasa algo.
Nicholas se fue. Terminé de despertarme y fui a la biblioteca; cundo entré ya todos estaban ahí, sólo faltaba Eizan, me senté en uno de los sofá a esperar, Alem se sentó en el mismo sillón, aún estaba indignada por lo que había pasado el día anterior y dado que nunca pidió disculpas no pensaba ser yo quien volviera a dirigirle la palabra. Me levanté y me recargué cerca del escritorio a esperar. Eizan entró y sin dar explicaciones sólo dio una orden.
__ Hay cambio de planes, nos iremos a Dublín esta misma noche. Preparen sus cosas. Nos vemos a las siete aquí.
Luego se machó. Nadie dijo nada y poco a poco se fueron. Regresé a la habitación, arreglé mis cosas y sólo esperé a que llegara la hora asignada. En la biblioteca todos estaban relajados, incluso Alem quien era quien abriría el portal. Eizan llegó con su equipaje, una mochila pequeña y entonces todo comenzó. No tuvo que decir nada, todos se pusieron en círculo, yo los emite, Alem sacó un cuchillo pequeño de su bolsillo, como una daga delgada, con ella dibujo en el centro del círculo un símbolo extraño, terminó de dibujarlo y su contorno se llenó de luz, comenzó a abrirse el suelo y su interior parecía como un acantilado sin fondo.
__ Iré primero.
Eizan se acercó y saltó, después de él le siguió Nicholas y Alem.
__ El portal cerrara pronto, será mejor que vengas.
Y saltó Subaru, yo fui tras él. Abrí los ojos, no me sentía muy bien, había olvidado la sensación que me había provocado la última vez, los demás no estaban cerca y cuando me di cuenta de ello me alarmé, intente localizarlos con la vista pero no había rastro de ellos, comencé a caminar y fue entonces que vi a uno de ellos a poca distancia de donde me encontraba, aceleré el paso para alcanzarlo; era Gianmarco.
__ ¿Dónde están los demás?
__ No lo sé.
__ ¿Cómo?
Siguió caminando, lo seguí de cerca. Después de unos minutos nos encontramos con Nicholas, al parecer todos llegaron a lugares diferentes.
__ Lo más probable es que no estén muy lejos, sigamos caminando.
Después de un rato nos reunimos con Eizan y Subaru, el único que faltaba era Alem, tardamos en localizarlo. Una vez juntos fuimos hacia la organización, no quedaba muy lejos así que fuimos caminando. Llegamos a una especie de castillo, era enorme, Eizan llamó a la puerta y después de conversar lo dejaron pasar; el interior era algo oscuro, había poca luz a pesar de ser de día, las personas que habitaban el lugar vestían túnicas blancas y no se les veía el rostro, una de ellas nos llevó hasta un salón solitario sin más orificio que la puerta, estando dentro sentía que me faltaba el aire, una vez llegado nos dejó solos. Todos tomaron lugar como si nada, parecía que ya hubieran estado aquí antes. El tiempo que transcurrió fue estresante para mí, nadie habló sobre la situación. Entró un grupo de personas mucho más extrañas que las que había visto, éstas  vestían de negro y sus túnicas eran mucho más largas, traían diversos objetos en las manos y libros antiguos y enormes. En cuanto entraron todos hicieron reverencia, uno de ellos se dirigió a Eizan en un idioma que no reconocí, por su voz podía decir que se trataba de una persona mayor y aunque no se descubría el rostro algo me decía que esas personas no eran humanas. Intercambiaron unas palabras y los demás también le contestaron en su idioma, después de terminar su conversación se acercó a mí, me dijo algo que no entendí.
__ Pregunta que cuál es tu nombre.
Subaru estaba cerca de mí y fue quien me tradujo.
__ Me llamo Carolayn.
No preguntó nada más y se dirigió a las personas que venían con él, después volvió a hablar con los chicos y se marchó. Las demás personas seguían ahí, abrieron sus libros y colocaron en el piso los instrumentos que traían en forma de cruz, hablaron y todos se acercaron.
__ Muid ag cur tús leis an dóiteán.
Se colocaron alrededor de los objetos y uno de ellos comenzó a leer algo en el idioma extraño, todos estaban muy concentrados, los instrumentos comenzaron a elevarse y a girar hasta que el círculo se encendió en llamas, leían cada vez más rápido y elevaban el tono de su voz. Otro de ellos se acercó  a nosotros con una daga dorada parecida a la de Alem, cortaba la yema del dedo índice y colocaba la sangre en una copa negra, cuando llegó a mí me puse nerviosa, tomó mi mano y me hizo una cortada en el dedo,  revolvió mi sangre con la de los demás, y así siguió hasta que juntó la sangre de todos; con la sangre bañó el circulo de fuego y en ese momento las llamas se hicieron azules.
__ Arís tar eís dom.
El encargado de la copa tomó lugar detrás del hombre que leía. Eizan me indicó que debía repetir lo que el hombre de la lectura dijera y así lo hice.
__Is é mo chuid fola nasctha le sin de mo cinniúint agus an domhan ar fad, beidh mé a chosaint go dtí an t-iarmhéid curp nóiméad deireanach inniu agus beidh ag baint suilt as mo bhronntanas a bheith ar an fósa a thiomáineann dó a buaice.
El círculo de fuego se extendió por toda la habitación y la llenó de un gas extraño, una ráfaga de viento inundó lugar, después de unos segundos todo terminó. Los señores dijeron algo, Eizan contestó e hizo una reverencia y luego se marcharon.
__ Ahora podemos regresar.
Eizan parecía más alegre. Regresamos al día siguiente por la mañana a través del portal, yo me sentía fatal, nos encontrábamos en la biblioteca descansando, poco a poco los chicos se retiraban a sus habitaciones, al final sólo quedamos Subaru y yo.
__ ¿Así es cómo acaba todo?
__ ¿A qué te refieres?
__ Después de todo esto puedo irme a casa.
__ Tal vez puedas irte a casa pero esto sólo acaba de comenzar, ahora somos un equipo, no podrás renunciar nuca más, ¿podrás lidiar con eso?
__ ¿Y tú?

__ La vida es sufrimiento, es dura, el mundo está maldito, pero aún puedes encontrar razones para seguir viviendo.


GISELLE CARMONA 

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